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1. Ingesta de gluten que continúa
Esta causa debería ser la número uno, dos y tres, ya que es la principal causa por la que los síntomas persisten en los pacientes que inician una dieta sin gluten. La ingesta de gluten puede ser intencional, en el caso de los pacientes que erróneamente suponen que «un poco, no le hará daño», o inadvertida, en el caso de las personas que acaban de comenzar la dieta y la encuentran dificultosa de seguir. Esas ingestas accidentales pueden ocurrir por una variedad de razones, tales como la contaminación cruzada a través de tostadoras, utensilios o tablas de cortar. También, pueden ocurrir debido a miembros de la familia que, si bien son bienintencionados y siguen también la dieta sin gluten, no están familiarizados con la forma de evitar la contaminación cruzada. O bien, pueden deberse al gluten que se encuentra oculto en algunos productos, la contaminación cruzada al salir a cenar o el no entender o leer mal las etiquetas de los alimentos.
Hay varias razones por las que se puede producir la ingesta de gluten accidental y, a menudo, requiere jugar un poco al detective. Si no le es fácil encontrar una respuesta a sus investigaciones, podrá lograrlo mejor con la ayuda de un nutricionista o profesional de atención médica especializado en dietas sin gluten.
2. Intolerancia a la lactosa
La lactosa es un azúcar que se encuentra en la leche. La lactasa es una enzima que se utiliza para digerir el azúcar, y se encuentra en la punta de las vellosidades del intestino delgado. Estas vellocidades son proyecciones, como en forma de dedos, que se encuentran en el intestino, donde se produce la absorción. En los pacientes celíacos recién diagnosticados y, posiblemente, en los pacientes que tienen sensibilidad al gluten, estas vellosidades se encuentran dañadas, por lo que la enzima lactasa «está desaparecida», y no está allí para digerir la lactosa (azúcar de la leche).
Esto crea síntomas como hinchazón, diarrea y gases que producen dolor. A menudo, después de estar un tiempo en una dieta sin gluten (puede ser meses), la enzima vuelve a aparecer a medida que las vellocidades comienzan a repararse, y pueden volver a introducirse a la dieta los productos lácteos. A veces, sin embargo, esto no sucede y los pacientes se ven obligados a utilizar un suplemento de lactasa o evitar por completo los productos lácteos. Algunos pacientes encuentran que pueden tolerar los productos como el yogur o kéfir, donde el azúcar (lactosa) ya ha sido «predigerida».
3. Deficiencias de nutrientes
Muchas veces, al momento del diagnóstico los pacientes han estado enfermos durante bastante tiempo. Este retraso en el diagnóstico hace que muchos pacientes hayan pasado por un largo período de mala absorción de vitaminas y minerales debido a que los intestinos no han estado trabajando adecuadamente bajo el constante bombardeo de la ingestión de gluten. Muchos médicos pasan por alto los análisis de deficiencias de nutrientes comunes asociados con la enfermedad celíaca o la sensibilidad al gluten. A continuación, podrá ver las deficiencias de vitaminas y minerales más comunes, junto con algunos de los síntomas con los que se observan a menudo. Esta lista no es de ninguna manera exhaustiva ni exclusiva.
Hierro: fatiga, intolerancia al frío (se siente excesivamente frío con disminución leve de la temperatura), falta de apetito, piel pálida, dolor de cabeza, mareos, falta de aliento.
Vitamina D: estos síntomas pueden ser no específicos y vagos: dolor de huesos, debilidad, depresión, fatiga, falta de concentración y dolor en las articulaciones.
Folato: fatiga, dolor de cabeza, anemia, palpitaciones, depresión, dificultad para concentrarse, problemas de memoria, dolor en la lengua, síntomas gastrointestinales como diarrea, náusea y vómitos.
Vitamina B12: anemia, debilidad, fatiga, palidez, dolor en la lengua, problemas de equilibrio, sensación de hormigueo en los dedos de las manos o pies, cambios de humor, depresión.
Magnesio: fatiga, estreñimiento, insomnio, espasmos o tirones musculares, ansiedad, hiperactividad, dolor de cabeza.
4. Otras sensibilidades o intolerancias alimentarias
Muchos pacientes experimentan síntomas que persisten debido a otros alimentos que están consumiendo. Pueden tener una gran variedad de síntomas debido a otras intolerancias alimentarias que desaparecen cuando los alimentos se eliminan al seguir la dieta sin gluten. Estos síntomas pueden ir de fatiga, «niebla cerebral», dolores en las articulaciones, erupciones, síntomas digestivos, a muchos otros. Algunos alimentos que, por lo general, pueden ser problemáticos son los productos lácteos, la soja, los huevos, los frutos secos, las solanáceas, y el maíz, pero cualquier alimento puede causar síntomas en un paciente en particular.
Una vez más, se requiere un poco de trabajo de detective por parte del paciente y el médico para averiguar cuál es el verdadero culpable o culpables, pero los resultados pueden ser notables y darse bastante rápido una vez que se encuentran los alimentos responsables. De notar en particular en esta categoría es la malabsorción de fructosa, que se observa con frecuencia en las personas que tienen la enfermedad celíaca, sensibilidad al gluten o sensibilidad. La malabsorción de fructosa puede crear síntomas digestivos persistentes, tales como hinchazón, gases y diarrea. Hable más con su médico acerca de cómo diagnosticar y tratar otras sensibilidades a los alimentos. También, voy a escribir sobre este tema en una futura columna.
5. El sobrecrecimiento bacteriano intestinal (SIBO)
El sobrecrecimiento bacteriano intestinal (SIBO, por sus siglas en inglés) es un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado que causa estragos en el tracto digestivo y en el bienestar de una persona. El sobrecrecimiento bacteriano intestinal puede ocurrir debido a una mala motilidad en el intestino, lo que permite que las bacterias del intestino grueso viajen al intestino delgado. También puede ocurrir como resultado de bajo ácido estomacal (por ejemplo, a causa del uso de inhibidores de la bomba de protones) o de la mala función de la enzima pancreática.
Si no se controla el sobrecrecimiento bacteriano intestinal, puede causar la mala absorción de los nutrientes, además de síntomas como gases, distensión abdominal, diarrea y malestar. Los síntomas suelen empeorar después de la ingesta de hidratos de carbono y pueden ir en progreso a lo largo del día. El diagnóstico se realiza mediante una prueba de hidrógeno en el aliento, aunque algunos profesionales solo tratan la afección con base en el cuadro clínico. El tratamiento varía de paciente a paciente, pero, por lo general, incluye cambios en la dieta, alimentos probióticos, suplementos y, con frecuencia, antibióticos.